miércoles, 16 de marzo de 2011

CAPÍTULO XI. DON QUIJOTE SE ENCUENTRA CON UNOS CABREROS Y PRONUNCIA EL DISCURSO DE LA EDAD DORADA


Los cabreros se disponían a cenar, tendieron unas pieles de ovejas en el suelo e invitaron a don Quijote y a Sancho. Don Quijote se sentó en una artesa, que estaba puerta del revés. Sancho se quedó de pie. Don Quijote le dijo que se sentara a su lado, pues era propio de los caballeros andantes comer en igualdad de condiciones que sus criados, porque “de la caballería andante se puede decir lo mismo que del amor se dice: que todas las cosas iguala”. Sancho le contestó que prefería comer de pie e incluso a solas, “pues el comer acompañado supone respeto y ciertos comportamientos como mascar despacio, beber poco, limpiarse a menudo, no estornudar ni toser si te viene en gana ni hacer otras cosas que la soledad y la libertad traen consigo”.
Don Quijote insistió y consiguió que Sancho se sentara a su lado. Después de comer la carne, pusieron los cabreros encima de las zaleas( pieles de oveja curtidas sin quitarles la lana) bellotas avellanadas  (dulces) y un medio queso muy duro. Tampoco faltó el vino, que corría abundantemente.  Una vez que hubo don Quijote comido bien, cogió un puñado de bellotas y habló de la bondad de aquellos tiempos en los que no existían las palabras tuyo y mío, en los que no había necesidad de trabajar porque la naturaleza, abundante en todo, nos daba lo que necesitábamos; en los que predominaba la concordia y la paz en la tierra; no había fraude, ni se mezclaba el engaño y la malicia con la verdad y la llaneza; la justicia no se movía por los favores y los intereses, ni existía la ley del encaje en las sentencias ( Dictamen o juicio del juez sin atenerse a la ley); "Todo era paz, amistad y concordia...Entonces sí que andaban las hermosas zagalejas, de valle en valle, de otero en otero,, en trenza y en cabello" (con el cabello trenzado o suelto): nadie las molestaba  
Lamentablemente –continuó don Quijote- ahora, en estos tiempos, no ocurre  igual: el amor, ha perdido su inocencia y se le busca con requerimiento. Ha crecido la malicia y para defender las doncellas, amparar a las viudas y ayudar a los menesterosos se creó la orden de la caballería. A esta orden pertenecía él. ( El tópico de discurso de don Quijote es el, mito del paraíso perdido, inspirado en los poetas Virgilio y Horacio y bastante tratado  en  la poesía del Renacimiento).,Terminaba dándole las gracias a los cabreros por lo bien que lo habían acogido.
Sancho, por su parte, oyó en silencio el discurso, sin parar de comer bellotas y beber vino
Una vez que don Quijote terminó, los cabreros lo quisieron agasajar con canciones. Le presentaron a un zagal que cantaba muy bien: Antonio. Éste cantó el romance de sus amores con Olalla, una hermosa pastora a quien deseaba hacer su esposa
Terminado de cantar el romance, antes de irse a dormir, don Quijote se quejó de la oreja. Un cabrero se la curó con hojas de romero y sal.
Comentario

El catedrático de Literatura Española de la Universidad de Valladolid, Javier Blasco, comenta este capítulo, fijándose en primer lugar en la cena que unos cabreros comparten con don Quijote y Sancho en la puerta de sus chozas. unos tasajos de carne, unos trozos de queso duro, bastante vino y como decoración, unas pieles de oveja tendida sobre el suelo, unas copas hechas de cuerno y una artesa que sirve de asiento. En este marco se sitúa el discurso de don Quijote sobre la edad dorada y el canto del romance  del cabrero Antonio a su amada Olalla.
Un capítulo sin aventuras quijotescas, pero con un discurso estructurado por parte del narrador, Abriendo y cerrando el discurso sendas conversaciones entre caballero y escudero que enmarcan el discurso de don Quijote sobre la Edad Dorada y el ejercicio poético de Antonio a su amada Olalla.  Como contraste se presenta el idealismo de don Quijote y el sentido práctico de Sancho de comer "sin melindres ni respetos". Quiere don Quijote que Sancho se siente con él a la mesa y utiliza la cita del Evangelio de san Lucas: Sancho,, "te has de sentar, porque a quien se humilla , Dios le ensalza". Según el profesor Blasco, la anterior cita "revela la voluntad de ajustar la relación de esta "rústica cena" al modelo de aquella otra cena  que precede a la visita del Huerto de los Olivos"
Otro contraste que señala el autor es la oposición entre literatura y vida, ejemplificado por "las hermosas zagalejas que andaban de valle en valle", frente a las que aparecen en I, 9, a las que don Quijote, en nuestros tiempos quiere proteger de "algún follón o algún villano" que las forzara.
Por último, señala el autor, la influencia de Erasmo al presentar el matrimonio en el romance de Antonio, como la única alternativa a la castidad. 
Otro de los aspectos importantes del capítulo es el discurso de la edad dorada. En un ejemplo de estilo oratorio, el narrador nos avisa de las circunstancias de la enunciación que condicionarán la expresión de don Quijote: “tomó un puño de bellotas en la mano y, mirándolas atentamente, soltó la voz a semejantes razones”. Muñoz Machado, en Cervantes, pág, 300. cuando analiza el libro de Américo Castro, El pensamiento de Cervantes, hace referencia a lo que el ilustre filólogo cervantista opinaba de estos pensamientos de la edad dorada; "Cervantes comulga con una convicción muy caracterizada del humanismo renacentista que añora una época dorada, un mundo no corrompido, en el que los hombres satisfacían sus necesidades con los dones de la naturaleza...no tenían que soportar el abominable aparato de jueces y funcionarios que surgen con el Estado moderno": era éste tema de la edad dorada un tópico muy  común en los escritores del Renacimiento, que recordaban a los clásicos del mundo antiguo, especialmente Ovidio, en su Metamorfosis,  y Virgilio.
El catedrático de la Universidad de Madrid y ensayista J.A. Maravall, en Utopía y contrautopía en el Quijote, sostiene que "don Quijote no representa tanto una restauración medievalizante , como una repulsa del Estado moderno"; es decir, el afianzamiento del Estado moderno, con sus leyes y sus procesos, frente a las costumbres sociales. "El fin del don Quijote, sigue diciendo Maravall es crear aquellas condiciones en la sociedad que hagan posible el gobierno de Sancho; es la utopía de la justicia según el buen sentido, el carácter de la administración racional de la justicia"
El catedrático de la Universidad de Madrid y director de la Real Academia de la Lengua, Lázaro Carreter, en un magnífico estudio, “La prosa del Quijote”, señala que tanto los personajes de don Quijote y Sancho, como su habla, hay que entenderlos desde la misma literatura en la que se desenvuelven. Don Quijote y Sancho se van alimentando de literatura. Es desde la misma literatura, nos dice Lázaro Carreter, desde donde hemos de interpretar lo que nuestros personajes manifiestan. Los precedentes del paraíso perdido se encuentran en la literatura latina, en Virgilio y en Ovidio. Este tema se traslada a la novela pastoril del Renacimiento y don Quijote lo utiliza para criticar la época actual, pues no en vano en su discurso, don Quijote perora con la dignidad del tribuno sobre la falta de justicia que se aprecia en sentencias arbitrarias –ley del encaje-.  La verdad se oscurece por el engaño, la malicia y los intereses de las personas. Este último término: los intereses,  se ha de tener muy en cuenta para entender el concepto de verdad cervantina
El título que Cervantes le dio: El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, nos permite explicar las palabras de cordura que don Quijote dijo en este discurso. Si don Quijote es la historia de un loco, es interesante ver el concepto que en la época de Cervantes había de la locura. El doctor Huarte de San Juan había publicado el libro Examen de Ingenios (1575). En este libro se explica el temperamento en función de los humores del cuerpo. Un equilibrio de los mismos, producía personas normales; un desequilibrio, personas maniáticas, que a veces pueden actuar con gran inteligencia. A esta última visión responde don Quijote en su alocución. Sin embargo, también aquí hay parodia, pues, según él, el origen de la caballería a la que pertenece, se encuentra en esta literatura pastoril del Renacimiento

Este entreverar el carácter en don Quijote, actuando unas veces como discreto y otras como loco, fue analizado ya por el militar y cervantista  Vicente de los Ríos, en 1790, en su análisis crítico del Quijote, encargado por La Real Academia Española. Consideraba él  que: “estos razonamientos sobre la edad dorada, aunque discretísimos están enlazados con la locura de D. Quijote… Los dos aspectos de este carácter producen otro efecto tan eficaz como la variedad, para sujetar gustosamente la atención de los lectores.”. Cuando el pastor le pide a Antonio que cante el romance a Olalla diciéndole que “te sientes y cantes el romance de tus amores que te compuso el beneficiado tu tío, que en el pueblo ha aparecido muy bien”, comenta el docto militar, que “esto era muy ordinario cuando solo los eclesiásticos, y los que seguían la carrera de la judicatura, se ocupaban en leer y estudiar.  
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3 comentarios:

  1. En el discurso XI de don kijote a los cabreros.donde se ubica el receptor ??

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  2. Los receptores son los cabreros y Sancho. "Toda esta larga arenga...embobados y suspensos, le estuvieron escuchando."

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